Derivado

Los expertos han definido los derivados como un producto financiero, que podría ser un contrato o un valor, que depende de otro activo para tener un valor propio. Lo que significa que, sin un flujo de efectivo u otro activo, los derivados no tienen valor.

Los activos subyacentes más comunes de los que los derivados obtienen reconocimiento son las divisas, los bonos y las materias primas. Sin embargo, el valor de los derivados no está vinculado únicamente a los elementos mencionados anteriormente, ya que los derivados pueden obtener valor de casi cualquier activo existente.

Los derivados tienden a usarse para bien o para mal. Pueden utilizarse como herramientas especulativas para asegurar el crecimiento económico y también pueden paralizar un sistema financiero. Un ejemplo de la naturaleza catastrófica de los derivados es el colapso de las hipotecas de alto riesgo de 2007 y 2008.

Por sí solos, los derivados no tienen valor. Su valor se obtiene de los movimientos de precios previstos de los activos en juego.

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